Guirado, celebra la victoria en la Pujada a la Catedral. / DANI BECERRA

La ausencia de dos de los atletas más en forma del atletismo pitiuso, Adrián Guirado y Mark Roper, dejará muy abierta la lucha por la victoria de la Pujada a la Catedral que se celebrará este domingo a partir de las 16:30 horas.

Roper, que sigue recuperándose de una lesión, y Guirado, que el día 31 correrá en Barcelona, darán una oportunidad de oro a un buen grupo de corredores que optarán a ganar la clásica por primera vez.

En féminas, la lucha por el título también estará muy abierta sin conocidos nombres como Susana Sevillano, Irati Matas, Indre Barkute o María García, esta última ganadora de varias carreras recientemente.

A priori, el título femenino se lo podrían disputar las atletas Carolina Gámez y Noelia Pérez, que ya sabe lo que es ganar siete veces de la Pujada al Puig de Missa, una carrera de similares características a la Pujada a la Catedral.

Esos sí, tampoco hay que olvidarse de las nuevas generaciones, nuevas promesas del atletismo pitiuso que vienen fuerte por detrás y en pruebas cortas y explosivas pueden dar la sorpresa, tanto en categoría femenina como masculina.

La tradición de despedir el año subiendo a Dalt Vila sigue siendo un ritual con arraigo que, anualmente, realizan centenares de deportistas de todas las edades.

La Pujada a la Catedral es una de las carreras más carismática de la isla, no solo por su peso histórico y su entrañable fecha de celebración, también por la mezcla de sus dos ambientes: el competitivo y el festivo.

Durante cuatro décadas, el portal de ses Taules ha sido testigo del traqueteo de varias generaciones rodando sobre el empedrado del patio de armas; deportistas que una tarde de Nochevieja, se vistieron de corto para dejarse el sudor sobre las empinadas calles que conducen a la plaza de la Catedral.

Además, la prueba posee un amplio palmarés con ilustres nombres del deporte pitiuso; atletas que son fiel reflejo de la historia de nuestro atletismo y cuyos resultados puedes consultar aquí Palmarés Pujada a la Catedral.

Pese a tratarse una carrera corta (poco más de 2 kilómetros), el riesgo de naufragar en la orilla crece a medida que avanza la prueba. Y es que la Pujada siempre nos deja dramáticos pinchazos sobre las imponentes rampas de Dalt Vila. Por ello, este domingo 31 de diciembre no se decidirá nada hasta el momento en que se pise la alfombra roja que engalana la línea de meta.

Instantes después del pistoletazo de salida, la marea humana de corredores avanzará desde el Puerto de Ibiza en busca del barrio antiguo, para a continuación dirigirse hacia la cumbre de la muralla, donde aguardará expectante la mayoría de público.